La mañana en que el desayuno se sirvió a la hora del almuerzo, fue la mañana en la que el gallo sorprendió a la estancia por su excepcional ausencia. Ni las gallinas, ni los cerdos ni las vacas supieron de él en todo el día. El estanciero lo encontró recién al atardecer, echado en la rueda de auxilio de su antigüa camioneta, con la mirada fríamente perdida en el horizonte.
El extraño fenómeno fue solo el anticipo de una rutina. Fue a partir de ese día que el gallo enmudeció las mañanas y dejó de anunciar el alba. Y así, el orden y la rutina del campo quedaron patas para arriba. Las mañanas dejaron de ser productivas ya que los peones las dormían como osos en invierno y las tareas comenzaron a perder su habitual ritmo y puntualidad. Las vacas comenzaron a dar cada vez menos leche, las gallinas no hacían más que girar histéricas en círculos concéntricos y los cerdos se volvieron tan higiénicos como un canario doméstico. Preocupado, el estanciero probó con pastillas, calmantes y yerbas. Nada sin embargo pudo devolver al gallo a la normalidad.
El desajuste del ecosistema poco tardó en repartir los golpes más bajos. La mujer del estanciero reprochó en tres oportunidades la falta de talante de su marido por no haber sacrificado al plumífero inmediatamente. En el mismo año, el estanciero no solo soportó la pérdida de la cosecha, sino que también le tocó afrontar la partida de su mujer y sus dos pequeños hijos, quienes despidieron a su padre durante cien metros desde la luneta trasera del automóvil del martillero público.
Y así fue amigos, como la estancia quedó enmarcada por el silencio y por tan solo una hectárea de alfalfa y yuyo. Ah, y el estanciero y el gallo vivieron unos pocos años más, hermanados en la noche con la profunda tristeza del desamor.
3 comentarios:
K.
Dale nomás que acá te leo.
Seguí con los lindos cuentos.
Soltá los dedos sobre el teclado.
¿No pinta un dibujo-homenaje al Negro? Je!
P.d.: ya compramos los pasajes.
Buenisimo joe! y que bueno lo q dijo el nono. Seguí escribiendo mucho, me encantan los cuentos y los dibujos.abrazo.
tu hermano el que ves todos los días, pero en esta lejanía ya extraña.. jaj
jo, buenisimo el cuento!
espero leer muchos mas..
te quiero mucho!
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